Por fin un domingo sin lluvia. Y no digo que no llueva, además me encanta, pero domingo tras domingo tras domingo, pues que digo yo que uno de respiro no viene mal. Para despedir al verano, que parece que haya vuelto a decirnos adiós con la mano, pero haciéndose el remolón. Sin ganas de partir…


He aprovechado para arreglar ese «pedasso» de terraza que tengo. No diréis que no le saco provecho a metro y medio de balcón, jaaja.

Y como he estado un par de días pachuchilla, no me he puesto al día con el bolso que tengo a medias. Bueno, tengo las telas cortadas, para qué nos vamos a engañar. Pero os traigo algo nuevo de mi madre, Rosa. Lo cierto es que la idea nos la ha pasado mi abuela, no le vayamos a quitar mérito. Pues mirad lo que ha hecho. Con una tela mona y un poco de maña con la aguja de ganchillo, un ribete para dar un toque bien original a este mantel.


